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Una de las noticias que nadó por la red en estos días, fue la apuesta de Google por el retargeting. En las próximas líneas intentaré explicar de qué se trata.

Normalmente, AdSense muestra anuncios relacionados con el contenido que tiene el sitio que lo contiene. Entonces, si estamos en un sitio de Flores (el clásico ejemplo que siempre propuso), los anuncios que aparecerán son de flores. En caso de que el contenido del sitio sea escaso, Google nos da la opción de mostrar banners propios o bien anuncios públicos (por los que no recibiremos recompensa, ni tampoco Google cobraría).

Ahora bien, la idea esl retargeting va un poco más allá. Cuando navegamos por la web, haciendo por ejemplo búsquedas en Google, se almacenan diferentes cookies en nuestra computadora. Ellas, en conjunto, podrían formar lo que es el historial que genera nuestro navegador web.

Si luego de pasar un rato navegando por diversos sitios, y haciendo búsquedas en Google, vamos a un sitio que tenga anuncios AdSense, éste, además del contenido que tiene la página, podrá nutrirse del pseudo-historial creado por las cookies almacenadas previamente. De esa manera, el usuario, seguramente, será seducido con más frecuencia, y así aumentarían los ingresos para Google, y para los editores de AdSense.

A simple vista, esto se ve excelente. Pero claro, ya hay quienes se están quejando manifestando que por qué Google tiene derecho a conocer nuestros patrones de búsqueda y utilizarlos para su beneficio. Es por eso que Google sacó algunas medidas, como Ads Preferences Manager (desde donde un usuario de Internet podría  definir qué tipo de anuncios quieren que se le muestren) y un plugin para Firefox o Internet Explorer para deshabilitar el envío de las cookies de publicidad.

El último mes de enero, sábado 31, aproximadamente a partir del mediodía, estaba navegando por Internet hasta que noté que todos los resultados de búsqueda aparecían como maliciosos, diciendo: «Este sitio puede dañar su computadora». El problema fue que se actualizó «a mano» una regla que especificaba como sitios peligrosos a todas aquellas direcciones web que contuvieran el carácter «/».

Ahora bien. Esto me hizo pensar, ¿qué seríamos sin Google? Sólo nos faltó 30 minutos (o un poco más) y ya no sabíamos para dónde salir corriendo. Eso que sólo nos hizo falta su buscador, no me quiero imaginar si por algunas horas nos quitasen Gmail, Google Reader, o aquellos servicios del grande que utilizamos para nuestras tareas cotidianas.

Además, como muchos de ustedes sabrán, son muchos los sitios que «viven» de Google. Todos ellos se verían afectados (y seguramente se vieron afectados esos 30 minutos) por la caída.

Ambas cosas nos dicen que estamos dependiendo mucho del buscador, y que tal vez no sería una mala idea empezar a darles la oportunidad a nuevos servicios, nuevos buscadores, clientes de correo y lectores de feeds.